Somos en definitiva la opción de izquierdas, con mirada global, la que apuesta por defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la función pública, pero también de otros espacios en los que se dirime la defensa de un modelo de sociedad redistributivo.... estaremos con los compañeros de TUSSAM, del IAJ, del Ayuntamiento de Sevilla, de la Universidad de Sevilla... porque sólo unidos podemos! Defendiendo el servicio público para todas y todos!

¿Por qué apostar ahora el SAT en SSCC?

El próximo 17 de mayo las empleadas y empleados públicos de Andalucía tienen la ocasión de decidir qué representantes quieren, quién será su voz formal cuando la urgencia impida convocar una asamblea o la necesidad imponga presionar al gobierno andaluz.

En esa tesitura dos modelos sindicales se imponen. El primero, un sindicalismo de servicios, proclive al pacto con el Gobierno de turno y ajeno a la opinión de sus afiliados, que ha abandonado la defensa de lo público, en aras de lo negociable. Un sindicalismo que actúa más como un colegio profesional y un prestador de servicios legales, que como un muro de defensa ante los ataques a un modelo de organización del trabajo y del sector en el que desempeñamos nuestra tarea. En este primer modelo encontramos a los mal llamados sindicatos de clase, CCOO y UGT, que han traicionado aquello que decían defender apoyando al gobierno en esta huída hacia adelante del derecho, por lo que difícilmente pueden apostar por un modelo de sociedad en que la prestación de servicios desde lo público a la ciudadanía sea lo esencial.

Y junto a ello, también encontramos a los sindicatos corporativistas, aquellos que circunscriben su marco de actuación a la exclusiva defensa de los derechos de l@s emplead@s públic@s de la Junta de Andalucía pero sin situase en la matriz del ataque, que no es otra que el intento de desmantelar el sector público en toda Europa mediante la imposición de políticas neoliberales y de mercantilización de los servicios y sin entender esta lucha como algo de todas y todos, algo de la sociedad.

En este momento de ataque frontal, la defensa de la Administración Pública, del servicio público, pasará por ser capaces de apostar a lo grande por la defensa de lo público, que legitima nuestro trabajo como emplead@s públic@s, y la defensa de lo que es de todas y todos. Por eso no nos sirven reivindicaciones miopes corporativistas que se limitan a la batalla inmediata sin atender a la guerra descarnada que tiene lugar delante de nuestras narices; Y para ello tendremos que unir nuestra lucha a las otras luchas abiertas que no son sino otras batallas de la misma guerra, tendiendo una mano a aquellos que trabajan junto con nosotros en todas las Administraciones, que prestan servicios públicos, y que lo hacen en condiciones incluso de fuerte precariedad, en las universidades, en las lavanderías de los hospitales, en la jardinería de nuestros pueblos o conduciendo nuestros autobuses urbanos,... y por supuesto tendiendo nuestra mano y todo nuestro entusiasmo a los receptores de la prestación de los servicios públicos que prestamos: los ciudadanos y ciudadanas,..... o gritamos juntos (emplead@s públic@s, trabajador@s de entes instrumentales, ciudadan@s...) por la defensa de más y mejor sector público, o perderemos esta guerra, y el sector público mañana sencillamente no existirá.

Así, apostamos por un modelo de sindicato que no se mire a si mismo, que se reconozca como instrumento útil para la defensa de un modelo de organización democrática del trabajo en un modelo de sociedad en el que el papel del servicio público garantice tanto la equidad como la redistribución de la riqueza. Un sindicato que peleará las grandes luchas sin venderse por más o menos prebendas, un sindicato que mirará a todos los empleados y empleadas de cualquier servicio público, con independencia de su condición, acudiendo en su defensa, así como en defensa de aquellos que reciben la prestación, la ciudadanía.

Un sindicalismo crítico, asambleario y activo en la lucha, sin burócratas ni liberados, por mejorar las condiciones laborales y el funcionamiento de la Adminitración de la Junta de Andalucía, especialmente en tiempos en los que está aumentando la presión sobre sus trabajadores a la vez que disminuye el reconocimiento de sus labores y se ataca frontalmente a los emplead@s públic@s.

Este modelo de sindicato carece hoy de referente en la Junta de Andalucía. Es nuestra tarea por tanto dar un paso adelante y posibilitar ese sindicalismo sin liberados ni subvenciones en el que tantos creemos de la mano de un sindicato como es el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), que además de ser un referente de lucha en Andalucía durante casi 30 años, nos ha acompañado en la movilización plural surgida en contra de la "reordenación" del sector público andaluz, y que por supuesto seguiremos apoyando. Una útil herramienta ante las amenazas que algunos recibimos, una útil herramienta para exigir espacios de difusión en nuestros centros, para convocar asambleas, para presentar reivindicaciones a cuerpo descubierto ante nuestras Secretarias y Secretarios Generales Técnicos, una herramienta para contratar y articular nuestra defensa jurídica y una herramienta para la lucha en la calle, para comunicar manifestaciones y concentraciones y evitar el silenciamiento de la voz de tantas personas.

A las empleadas y empleados públicos nos toca ahora asumir una enorme responsabilidad histórica como última trinchera de defensa del Estado Social y Democrático, y ésta es la herramienta apropiada.